Como un rey, convénceme

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Es bueno saber que no tengo que disculparme por mi ausencia indefinida. 
Lo que tienen que saber es que durante época de clases, subir cosas a Inodoros... era el equivalente a no hacer nada. 
Ahora estoy de vacaciones, y estoy todo el día sin hacer nada. Por ende, subir algo a Inodoros... sería hacer algo.
Se desprende del Principio de Mínima Acción que un cuerpo realizará el curso operatorio que requiera menos esfuerzo de su parte. Lo único que puedo hacer es obedecer las leyes de la física.

Pero ahora estoy escribiendo una nueva entrada, y se preguntaran por qué. Simple: me resulta más fácil bancarme a mí mismo por el tiempo que tarde escribir esto que bancarlos a ustedes pidiéndome que lo escriba.

Sin más preámbulos... hablemos de

KARAOKE.

El karaoke es una tradición japonesa muy arraigada en su cultura. El nombre que todos conocemos viene del japonés: kara () quiere decir vacío (es el mismo kara de karate, "mano vacía"); oke es la abreviación de como se dice orquesta en japonés, okesutura. O sea, orquesta vacía. Buenísimo nombre para el próximo CD de Andrés Calamaro.

Me voy a remitir a explicar cómo funciona acá, porque es el sistema que conozco. 

Primer paso: Ponete en pedo.

Importantísimo tener más alcohol que pudor en la sangre. Estar en un cuarto de karaoke no es divertido a menos que estés completamente dispuesto a pasar ridículo, y más importante, no es tolerable a menos que estés lo suficientemente inconsciente como para soportar ver - y oír - el ridículo ajeno. 
Se puede hacer en el mismo local de karaoke, pero tenés tiempo muerto hasta que entrés en onda.


Paso B: Conseguir un cuarto de karaoke.


Luego, vas a un centro de karaoke, que hay de sobra. Los tienen de todo tipo: los chiquitos de pueblo; unos un poco más grandes que ocupan todo un piso y tienen otras distracciones como mesas de pool y dardos; y en las grandes ciudades, edificios enteramente dedicados a la actividad.


Te pedís con tus amigos un cuarto de karaoke - también conocido como la cámara de la verguenza - y elegís un plan.
La mayoría de lugares te da gaseosas o tragos libres con el cuarto, para mantener el gasnate húmedo y que puedas seguir deleitando a tus amigos con tu voz angelical. Y por eso quiero decir "tormentando a los pobres diablos que tienen que escuchar al gato agonizando que tenés atragantado."




Antes de empezar a sobrevivir la velada, hay ciertas provisiones que sirve tener en mente.


En el tercer paso, Adam dijo:


Una vez dentro del cuarto, tenés un televisor de suficientes pulgadas, dos (2) micrófonos, y un aparatejo loco como una pantalla táctil (el APARATEJO). Varios altoparlantes también, claro.


La tradición japonesa es la consiguiente: 
  1. Akira toma el aparatejo y utiliza la interfaz táctil para meterse en una base de datos con todas las canciones disponibles, elige una, y le pasa el aparatejo a Baku. 
  2. El televisor comienza a mostrar la letra de la canción de Akira, Akira toma un micrófono y canta su canción. Si así desea, puede ofrecerle el segundo micrófono a Aiko para que cante con él. Mientras tanto, Baku elige su canción.
  3. El resto de las personas en la habitación se dedica mandar mensajitos de texto a menos que les toque elegir una canción o cantar.
En un cambio de roles, los orientales son más individualistas que los occidentales. Nosotros tratamos de elegir algo que nos guste, pero que también entretenga al grupo en general. El ponja canta lo que, uhm, lo que se le canta, valga la redundancia.


A saber:


Nadie quiere escucharte cantar. Puede que este axioma no sea verdad en tu caso específico, pero es bueno tenerlo como guía. Mucha gente toma el segundo micrófono en canciones ajenas varias veces seguidas porque piensa: "Bueno, si nadie va a cantar con el que eligió la canción, bien puedo ayudarlo." No. Falso. 


¿Acompañar una canción de pata? Joya. ¿Obligarnos a aguantar el gallo que nunca perdiste en la pubertad por 6 minutos consecutivos? Te ahorcan en la Haya. Dejá el micrófono tranquilo. 


Cuando nadie pone una canción por un rato, podés poner una vos. Es de mala educación dejar muchas canciones tuyas consecutivas, en primer lugar porque todos quieren tener la oportunidad de cantar, y en segundo lugar porque tenés un gusto de mierda. 
Cuando el cantante no tiene acompañante, esperás a que ofrezca el segundo micrófono, porque capaz quiere cantarla con alguien más. Capaz prefiere cantarla solo.


En resumen, te deberían hacer el juramiento hipocrático antes de entrar. Primum non nocere


Ah, y nunca pongas Bad Romance o Viva La Vida, porque clarísimo que alguien ya la puso.


Y dejate Radiohead para cuando se esten yendo todos. No seas bajonero.


Dicho sea de paso, en el local que voy yo tienen el Día que me Quieras en la lista, pero muy fuera de tono.


Dato curioso


Como pueden o no saber, le enseño inglés a un grupo de japoneses entrados en años. No es gran cosa.


Pero igual, una vez fui a la casa de uno de ellos porque estaba organizando un asado para todos. Comí una bestialidad, y me obligaron a alcoholizarme con las cosas más horribles que probé... a eso de las 12 de la tarde. 


Bueno, la cosa es que este alumno tenía en la casa su propio cuarto de karaoke. Allí, cantaron numeritos muy parecidos... la letra de las canciones era distinta, pero el acompañamiento musical era el mismo en muchas canciones.


Al parecer, en los primeros años del karaoke, no había mucha oferta de tracks. Por eso, pasaban la misma cinta de lado a lado y cada local le ponía la letra que quería.


Otro tema:



There is a house in New Orleans...

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Un update livianito, subo un par de fotos de mi depto 1 amb exc lum c/ toi y ag vivs.

Observen mi ojo para el diseño y que bien combina el sofa de cuerina (¥3k) con las cajas de cartón (¥0). Sublime, ¿nocierto?
El 20, un coreano se muda y me va a regalar sus muebles, entre los que incluye una (1) mesita para compu.

Hasta entonces, me quedo con el minimalismo ciruja.




Otra cosa que me va a obsequiar el coreano es otra de estas estanterías (¥1k). 
Es sorprendente lo necesario que es tener superficies, y la plata que uno puede llegar a poner para comprar cosas sobres las que poner otras cosas.












 

















Excelente vista aunque sea solamente por mis calzoncillos.





But kanji, kanji, you can't say we never tried

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¿Saben qué hora es? Es hora de...

JAPONERLA
...lo que quiere decir que en Argentina es hora de "alrenopaJ", considerando que es el antípodas.

De cualquier modo... se acuerdan del kanji que representa mujer? Por las dudas, es questo: 
Bueno, algo entretenido es el kanji para barato:   - está clarísimo, no te puede salir nada más barato que dejar a la mujer bajo techo en casa.

Ego, super Ego y Ego Morales
(O Watashi, Boku and Irene)

Un aspecto interesante del japonés es la cantidad de maneras de referirse a la primera personal singular - o sea, "yo" - que posee. A continuación, el manifiesto de una nación de esquizofrénicos:

Watashi - El básico, el McGrill. Lo pueden usar todos para referirse a uno mismo. Pero claro, si vas a McDonaldo y te pedís una simple nada más, los pibes te van a ver medio con cara de boludo. Por eso, está mal visto que un hombre use watashi en una situación informal, y quedás medio aputozado.

Boku - El Paco de los yos. Ideal para hombres porque no te hace quedar como un cavernícola pero tampoco como un dinosaurio maricón. Lo podés usar si sos mujer únicamente si sos la Raulito. Eso sí, no irse a la mierda y usarlo en una situación formal. Viene a ser algo como "este siervo."

Ore - Si boku es el Paco, ore es el olor a sobaco. Se usa entre hombres en situaciones informales o en cualquier situación si sos un vikingo. Quiere decir "este macho."
Atashi - Una forma acortada de watashi. Tipo Nivea, solo para mujeres. Porque vos lo merecés.

Sessha - Este quiere decir algo como "este pelotudo que está enfrente tuyo", y solo lo pueden usar los samurai hacia su señor feudal. No, no es en joda. Expando a continuación.

El japonés no tiene muchos tiempos verbales. En general, el japonés es bastante vago y no ayuda que a la gente le re-cabe el sujeto tácito, así que es muy difícil entender una oración fuera de contexto. Ahora, hay un par de elementos que te complican la vida.

Para citar un caso, está la existencia de un modo verbal formal y otro informal. Por ejemplo:

僕は食べる - Boku wa taberuYo como Informal. 

私は食べます - Watashi wa tabemasu - Yo como Formal.



Decís la misma cosa, pero tenés que conjugar el verbo diferente, usar otro pronombre.

Sin embargo, no serían japoneses si no te la quisieran complicar lo más posible. También existen otros dos registros: el honorífico y el humilde. El primero lo usás cuando te referís a las maravillas que hace tu jefe, tu profesor, o alguién muy viejo (alguien más adulto - tu senpai - que vos se merece respeto... tengo una amiga que parece de 20 pero tiene 25, y cuando le revela la edad a los japonecitos de 21 de repente escuchás un montón más de watashi y le tienen un poquito más de miedo. Hiroshi, 20, me contaba que habló por teléfono con una señora que sonaba de 30 pero tenía 50, y se quiso matar por no haber usado la forma correcta. Estos son los problemas que tiene la gente acá.) El segundo, el humilde, lo usás cuando te referís a las forradas que hacés vos en comparación con tu interlocutor, si éste es tu jefe, tu profesor, Batman, etc.
Exempli gratia:

お前は読む - Omae wa yomu - Vos leés Informal.

あなたは読みます- Anata wa yomimasu - Usted lee Formal.

黒澤さんはお読みになります- Kurosawa san wa o-yomi ni narimasu  - Lit.: El señor Kurosawa se volvió hacia la lectura Fig.: Faaaa! No se puede creer, pero como lee el señor Kurosawa, es IMPRESONANTE. No, chau, loco. Me voy a comprar pantalones nuevos Honorífico.

私はお読みします- Watakushi wa o-yomi shimasu - Lit.: Yo hago lectura Fig.: ¿Qué, yo, leer? Nah, papá, vos querés ver leer, andá a verlo a Kurosawa; yo estoy buscando a Wally Humilde.
Me gustaría remarcar que no son formas obsoletas de habla. Usan la forma honorífica, por ejemplo, los empleados de un negocio para con los clientes, que te complica la vida si sos un extranjero y sabés un poco de japonés porque usan otro conjunto de verbos que nunca escuchaste.

Epílogo

Bueno, la próxima hablo de algo menos nerd. Me mudé a mi departamento propio esta semana así que cuando tenga internet, subo fotos del piso y del barrio.

Chau, chau, chauuuuuuuuuuuuuuu.

Ya huí, ya Sumí, ya fuí, ya volví

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Ahora les subo algunas de las cosas que pinté en la clase de Sumi-E, que vendría ser la técnica en la que podés cagarte en la perspectiva y cualquier tipo de aspiración de plasmar un objeto fotorealísticamente en un lienzo - o papiro en este caso.
Claro, yo, como la mayoría de los alumnos, temo pasar la delgada línea entre impresionismo y mamarracho, entonces se ven muy caricaturéscas las cosas que plasmo. (Yo plasmo, viste.)

Mesura con los comentarios pliz. No decir boludeces.






JFICI

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Bueno, como estoy pasando por unos días que tienen una generosa cantidad de ajetreo, voy a subir algo simple: las diferentes películas que vi en mi estadía, y otras que recomiendo igualmente.

Hanami Cerezos en Flor




No es ningún secreto que me encanta la película Sabiduría Garantizada (Erleuchtung Garantiert) de Doris Dörrie, un filme que no puedo alabar sin llegar al punto de parecer un pelotudo. Así que dejémoslo en que la recomiendo, aunque sea una pizca lenta si no tenés experiencia en películas sin Adam Sandler.
Cerezos en Flor fue dirigida por la misma fraulein, contando otra historia situada en Japón. Es interesante ver como cambia la temática en virtud de los ocho años entre una película y otra.
Aunque Cerezos... sea un poco más letárgica en su paso, me sigue pareciendo una buena película para quién le agraden las obras con este nivel de sobriedad.

La pueden ver toda en YouTube, así que joya.

Chaser





Un thriller coreano, veanlo con una botella de agua a mano para tratar de bajar los güevos que los van a tener en la garganta. Impresionante película.

La pueden ver en YouTube, y si les copa, también vean
Memories of Murder, del mismo director (tal vez.) Yo la vi en
I-Sat antes de venir a Japón, así que ponganse las pilas ustedes si la quieren encontrar.




Love Exposure



Un ponja de una familia católica pierde el respeto de su padre por no tener pecados de los que confesarse. Entonces, se embarca en la misión de ser cuan hijo de puta pueda ser. 

Después subo más!

El sueño del pibe

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Lo único que requiere el siguiente video es contexto.
En ese pequeño escape a Corea (del Sur), quisimos empaparnos con la riqueza de la cultural local. No había de faltar, por ende, atestiguar un partido del deporte nacional. Es decir, Starcraft (es un jueguito de computadora, mamá.)

Por lástima, nos informaron que era pretemporada y que ahora se estaban repartiendo los grupos para el torneo apertura, pero que podíamos ver la selección de equipos.
De alguna manera u otra, terminamos llegando a un estudio de televisión repleto de colegialas histéricas. Una extranjera que laburaba de fotógrafa (y seguro también de groupie) nos explicaba que venían todas las figuras a este evento y que su cuadro prometía esta temporada. De repente, la contraparte coreana y nerd de Quique Wolff anuncia algo inintelegible, pero decididamente enfático, y la multitud ruge.

Les otorgo solo unos segundos de aquella procesión de aces del teclado; denle bienvenida a este barrilete cósmico, andá a saber de qué planeta vino:

El sueño del pibe from Adam Nasimoff on Vimeo.


Pasando a otro tema, les presento la cadena Kappa Sushi. Contarles acerca de los restauranes de sushi con cintas transporadoras sería un insulto a su inteligencia. 
Lo que les pido es que observen la carácteristica peculiar de este establecimiento:

Paso Uno
Ferrocarril Este from Adam Nasimoff on Vimeo.


Paso Dos
Expreso Oriente from Adam Nasimoff on Vimeo.


Para tener un sistema así necesitás un muy buen makinista. (Denme 25 minutos que me pare de cagar de la risa.)

Les agrego un video que saqué en Kyoto - sueno un poco falto de aire porque andaba corriendo a la estación de tren.


De extra, está semana florecieron los cerezos, y es Una Cosa Importante acá en Japón. Las cadenas de música nos bombardean con canciones, y una atravezó mis defensas. No me la puedo sacar de la cabeza. No ayuda que el videoclip sea copadísimo.

N.B.: Es el videoclip original.
N.B. II: Tiene subtítulos en inglés en la parte de arriba.
N.B. III: Están hechos muy por arriba, en una de esas yo te los dejo más piola.
N.B. IV: Toda y cada canción acerca de los sakura es exactamente igual en temática, pero, una vez más, ésta compensa en onda.

Segundo movimiento: Fiebre amarilla

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Una tarde en Corea del Sur - mi última tarde en Corea del Sur, de hecho -, mis compañeras de viaje convinieron en que necesitaban usar colectivamente el tocador. Justo pasabamos por enfrente de un edificio que hospedaba restaurantes y cafés en la planta baja - un arreglo típico de Asia -, y optaron por utilizar los lavabos de este shopping venido a menos. 

Ingresamos, y luego de una corta reconnaissance, hallaron los toilettes en el primer subsuelo. Diligentemente, las esperé en el otro extremo de las escaleras mecánicas, en la planta baja. 

Cansado por un largo día de largos viajes en largos trenes, observando el ir y venir de coreanos anómicos a un Coffee Bean aledaño, emprendí un viaje mental a la comarca de Babia.   
De repente, una voz me arranca de mis pensamientos acerca de musarañas. "They get the inconvinient one here for a change, eh?" me dice esa voz, con un conspicuo acento anglosureño.

"Mh?", murmuro, todavía ensimismado. Giro 180°, y ahí está, como siempre va estar impreso en mi memoria, ese menudo señor de pelo cobrizo, con esa filosa nariz británica, y esos impasivos ojos aguamarinos. Debía de tener alrededor de 30 y largos. Cara de nada.

"We always have to go up or down a floor to get to the loo ["baño", mamá] -, though in this place they have to go down to the basement while the boys' room is on the main floor," aclara el señorcito. 
No llegué a percatarme en que tan dicotomicamente separaba a los sexos. En ese momento en particular, mi concentración estaba abocada en su voz, que tenía ese tono borroso y corrido, como un reportero de la BBC o una tuba parlanchina, pero sin la gracia de un instrumento de viento animado.

Creí entender la situación inmediatamente. En Asia, cada extranjero es un nene perdido en el Sheraton a donde te llevaron tus viejos mientras ellos van a una conferencia. No se supone que estés ahí. Y cuando encontrás a otro pibe en tu misma situación, no importa de dónde venga, o si sus juguetes están buenos, o si habla el mismo idioma que vos - encontraste un cómplice. En mí, el señorcito inglés vio un cómplice en el allanamiento del Oriente.

"True, true," contesté sin más, y volví a mis rumiaciones.

Pasaron algunos segundos mudos, y esta figura seguía al lado de mí. Me imitaba, mirando al mismo punto indefinido en el horizonte que yo. Sinceramente, no deseaba compartirlo -- después de todo, era mi punto indefinido en el horizonte. 
Decidí seguirle la corriente - tal vez él estaba esperando que una coqueta dama dejase de usar el baño, tal vez esperaba que sus amigos saliesen del Starbucks contiguo - ¿qué mal podía hacer con un poco de conversación de ascensor?

"Well, if you think about it," dije, "it's not actually that convinient." El inglés quitó su vista de nuestro mutuo punto indefinido, que ahora no era de nadie. "Because, you see, there's a big food court downstairs - so the ladies have the most comfortable facilities in relation to that place."

"Heh, you may be right," concedió. Su "right" fue más un "roit."

Volvimos a nuestro añorado punto en la distancia.

"Those Korean girls sure are pretty, aren't they?", levantó el británico, señalando a la selección de muchachas que compartían un cortadito y una charla en el Coffee Bean (que en Asia se llama Coffee Bean and Tea Leaf, fuera de joda).

Su comentario me descolocó un poco, en parte porque soy tímido y en parte porque había más saña que gusto en su manera de decirlo.

"Uh, sure -- I mean, yeah. Very different from Japanese girls though."

"Oh? Which one d'you like best?" Su voz no tenía el estúpido y amable candor de muchos ingleses. Sonaba como si estuviera constantemente ofendido.

"Well, Korean girls, I suppose. Japanese girls dress up -- like dolls, really. I find Korean girls to be Westernized - uh, in a good way, I mean. I can relate better to a woman who wears a sweater and a pair of pants when it snows, rather than a mini-skirt and pumps, I suppose."

Noté que no prestó mucha atención a la última parte. "Oh, yeah, much too Westernized. I've been trying to marry a Korean girl for so long and they are just so posh." El inglés no trataba de decirlo en tono jocoso, no buscaba mi simpatía, solo me lo decía. "I've spent literally millions in trying to marry one," reveló con un tono funesto.

"Of Won? Or pounds?" intercedí con un chiste, mientras trataba de ver si ya estaban subiendo las chicas.

"Of Won," respondió, elongando su boca más que sonriendo por mi comentario. "And if I don't find a wife soon I may just run out of money. I make a good figure working at the University, but it all goes into dates, dinners at fancy restaurants, flights to Jeju Island..."

"H-how's work at the University? Is it here on Seoul?", pegué un manotazo (figuradamente.)

"I've been working at the U for eight years now. I got a job here for the very purpose of finding me a Korean wife, I had thought it would be much easier to do it here than in London, wouldn't it? I 
only fancy Korean girls." Mi imaginación estaba vertida en recrear esos ocho años. Ocho largos años en la soledad absoluta que debe tener un ser como él; solo, en compañía únicamente de esa mente tan monótona. Me imaginé esos ocho años como un bloque de tofu, insaboro, grumoso, inconsistente. "I've tried it all:" siguió, "internet dating, blind dates, clubbing, socialite parties... the only thing I've yet have to try is a marriage agency, but the signing-up fee for one of those is about 5,000,000 Won, and I don't have that kind of money at hand."
"Marriage agency?", inquirió el masoquista dentro mío.

"Yeah, these fellows set you up on dates until one of the girls marries you."

"Maybe you just need to let it happen? You know, by itself?", le imploré a la condición humana.

"Oh, but you need to make it happen. You see, I always have trouble breaking the ice, so I've developed a technique. See, take those two pretty ladies sipping their coffee over there," señala a la cafetería, no puedo distinguir de cuáles me habla, "I couldn't just barge in, interrupt their conversation, maybe they were just trying to get a coffee or chat with their friend." No decía estas cosas como implícitas en el sentido común, sino que me las confiaba como le explicarías la teoría de la relatividad a Goofy. Eran iluminadas epifanías que superaban el orbe de la razón de nos meros mortales.
"So I have this text message stored in my cellphone - that I've sent to myself a long time ago," agrega con la picardía de un hipopótamo. Produce su celular y me muestra un SMS en coreano. "So I take a nearby seat - it takes a lot of practice to make it look natural, you need to buy something to drink and all, and if they ask you what you're doing in the coffee shop you can't say you are waiting for a friend because when he doesn't come it's suspicious - so I seat down near the ones I like, order, wait a few minutes - I always check if they are about done with their coffees before I sit down, otherwise they get up before I can get ready - and then I show them the message and ask for them to translate it for me." Sonrié ahora de verdad, sus ojos brillando con orgullo. "So this way, you see, I know if they can speak English and how good it is, they see I'm a college professor - see, it says so in the message, a Dr. Lee requires me for a staff meeting, and then we probably strike a conversation."

Quería liberarlo. Lo que más quería era poder eximirlo. Decirle que se interne en un psiquiátrico, que se baje un bidón de lavandina, pero que busque como escaparse de ese tormento perpetuo que era ser él mismo.

Las chicas regresaron lentamente, tan lentamente, por las escaleras eléctricas. Miraban a mi compañero con curiosidad.

"Good luck with your thing", logré decir, y miré a las muchachas de tal manera que les informé que nos estabamos yendo de ahí.

Sus palabras de despedida: "Well, if this doesn't work I plan to move to Japan and try luck there. Cheers, mate."




Mañana: una entrada menos patética.

Primer movimiento: A darle átomos

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Como dice el adagio japonés, 牛も糞にも段々がある. O sea, "incluso la vaca caga sorete por sorete." Cada día de esta semana, prometo una actualización al blog, para resarcirme por la ausencia.

Supongo que sería oportuno comenzar por el viaje a Hiroshima.

Parte de la currícula del curso de Paz, Desarrollo y Democratización: el Desafío de Asia - cuyo nombre sobrepasa en dramatismo a la clase en sí - era visitar Hiroshima y tener una charla con un sobreviviente del holocausto nuclear.
Estaba interesado en conocer la ciudad de antemano: hace tanto tiempo, para la facultad de cine, tuve que hacer un desglose - escena por escena, toma por toma - de la película Hiroshima, Mon Amour (conocida en los paises hispanohablantes como ¿Y dónde está la bomba atómica?). Después de horas y horas de triturarme las pupilas contra dicho filme-- bueno, todos vimos la Naranja Mecánica... la técnica de Ludovico funciona en serio.

Me anote en ese curso, conseguí una plaza, pasé semanas bancándome al bodrio del profesor - que me lo habían vendido como más entretenido que David Copperfield en patineta - y el día esperado se acercaba. El viaje lo organizó este profesor - un americano que le encanta debatir de temas difíciles pero que nunca da una opinión concreta cuando los bifes están en el asador (¿"cuándo las milanesas están en la sartén"? ayuda plz.) - se mete en temas jodidos, nos explica todos los detalles, dice "Qué jodido, no?" y se termina su frapuccino de un café clon de Starbucks que tenemos en el campus, suena la campana y no aprendí un carajo excepto datos que puedo sacar de fuentes más confiables, e.g.: Wikipedia o mi abuela Claudi. Y ese flaco no para de mirarme cuando habla de la pobreza en el mundo diciendo "Ustedes en Argentina también están hasta las manos con las favelas, no?" "Sí, sí," le repito cada vez que menciona el tema, "este Zé Pequenho nos tiene a todos cagados de miedo."
La cuestión es que, una semana antes de que llegara la fecha, nos cuentan que la sobreviviente no iba a estar disponible. ¿La razón? Se habrá muerto de cáncer. Le habrán crecido tentáculos y se unió a los X-Men. Nunca nos informaron.
A los pocos días nos dijeron que habían conseguido otro sobreviviente. Total, seguro que queda bocha de gente de un ataque nuclear de hace 65 años.

El día llegó, finalmente, y salimos disparados en el tren bala.

Sobre el tren, revisando los precios de las golosinas, tuve una epifanía: el precio de un producto varía proporcionalmente respecto a su velocidad.
Por ende, un paquete de M&M aproximándose a la velocidad de la luz elonga su precio al infinito, mientras que el mismo confite yendo en reversa sería una ganga.
Siempre y cuando hablemos desde un marco de referencia de 0 km/h, claro está.




IZQUIERDA: Adam Nasimoff se clava un sangüche enfrente del A-Dome.





















No voy a contar de la charla - la tengo grabada en DVD y si alguien se ofrece a buscar una manera de subir un ISO del DVD a Mediafire, sientase libre - por varias razones, incluyendo vagancia pero más importantemente, todos esos datos están en alguna otra parte de la internet, en películas, etc. Que les cuente yo lo que me contó un sobreviviente tiene el mismo grado de destilación de que lo lean de cualquier otra fuente. Así que lola.



Después de la charla, para despejar la mente. paseamos por la ciudad, encontrando una feria que contaba con este peculiar recital. Por favor, presten atención al registro de la cantante (especialmente en el minuto 00:30) y a la pulenta que le pone la primera línea de ponis.


Pasamos la noche en una hostería en las afueras de Hiroshima, y a la mañana nos tomamos un buque a la isla de Miyashima, que claramente estaba pensada para parejas en luna de miel.


Este arco es muy famoso, y los turistas suelen esperar hasta las 3 de la tarde para que baje la marea y poder caminar hasta la base y tocar el coso mismo - el color naranja se relaciona con la buena suerte.
Sin embargo, cuando tu tren sale a las 2, y querés tener la experiencia completa... bueno, hay que ensuciarse las manos. Figuradamente. Literalmente, hay que mojarse los pies.


No atravieso el muro de mis días, pero mierda que rasguñan las piedras.



Sin palabras. (Aparte de "sin palabras.")


Obertura

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Asumo que pueden remitirse a la primer entrada si vienen en busqueda de una disculpa por el retardo en actualizar.

Tengo tantas cosas que contar acerca de estas últimas semanas que me desalienta sentarme frente a una página en blanco y pensar en la tarea monumental que tengo por delante, y en que escaso de tiempo estoy, y en que mal funciona este teclado; se siente como darle un crayón Jovi a Miguel Ángelo y pedirle que pinte la Capilla Sixtina y ponele pata que hay misa a las doce.

Así que a diferencia del escultor de la Venus de Milo, pongamos manos a la obra.

Mira si es grande el destino y esta ciudad es shika

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Contemplen la noble Frutigran. Un modesto crisantemo de avena que apenas puede jactarse de tener un dejo de sabor. Y sin embargo, a pesar de ser insípida y olvidable, nos satisface tanto, simplemente estando ahí. No tiene mayor presunción que darte una excusa que masticar.
Esta entrada es de similar naturaleza. Simplemente una galería de fotos de mi viaje a la antigua ciudad de Nara. Me encuentro apantanado por parciales de japonés, y organizar viajes a diferentes lugares no me deja concentrarme en nada más.

Sin más preámbulos:

No, no estoy en la entrada de la fábrica de inodoros de Ariel del Plata.

Nara tiene como peculiaridad que el ciervo es su animal sagrado, al que se le otorga libre tránsito por la ciudad y derecho a voto. Cada parque está atiborrado de venaditos juguetones que te piden comida y venadotes espontaneamente agresivos que te increpan cuando se te acaban los bocaditos. Siento que le da a la ciudad cierto color local y una pizca de riezgo mortal.

Mirá si seremos unos dormidos que no tenemos como animal patrón del conurbano a la rata de cloaca.







Ojalá que el ciervo sea kosher porque me lo re comí a éste.











Gente de todo el mundo viene a escribir deseos varios a los templos de Nara.
Yo pediría que me devuelvan los 300 yenes que te cuesta ese pedazo de madera balsa.

El primero que descifra lo que dice la que está en hebreo se lleva un cero kilómetro.






 Entendelo, Bambi-san. Lo nuestro jamás puede ser. Yo te amo fervientemente y vos solo pensás en morfarte el cacho de papel que tengo en la mano.












Ciervo botón, de qué te la das si cuando te conocí andabas embambinandote* extranjeros en la lleca a cambio de carilinas usadas. Ahora que sos rati usás guantes para que no se note que sos pata negra,  vendido.













 * Juego de palabras muy sutil.




 Blá, blá, blá, templo milenario, Buda gigante (los he visto más grandes), olvidémonos de estas boludeces y pasemos al dramático desenlace de Me Puso los Cuernos un Venado.














¿No te dije yo? Apenas aflojé la hoja, se las picó con otro.
Ojalá que se vayan de luna de miel a Bariloche y se metan sin querer al local de Familia Weiss.












Y así termina esta entrada - metemos la mano en el surtido Bagley de Inodoros... y sacamos un Boca de Dama, pero tenemos como única satisfacción que una Mini Melba nos espera eventualmente.
Mañana parto para Hiroshima, y la semana que viene estaré ocupado academicamente, pero intentaré subir algo más.

Dicho sea de paso, ciervo en japonés se dice shika  しか 鹿.